martes, 20 de agosto de 2013

EL RETO DE RECORDAR...


En realidad al ser humano no le hace falta "aprender lo más profundo" por una razón muy sencilla: "ya lo sabe".  Y lo sabe en lo más profundo.  No recordar-lo es la disyuntiva a la que se enfrenta junto con el reto de venir a experimentar en la materia más densa, comandando un cuerpo físico hecho a medida para el caso. Y recordar (cuestión de memoria) se hace "difícil" por la vida desbordante, frenética y estresante que en general se vive hoy en día. Y "puestos a olvidar" se puede decir que hemos olvidado "todo" o casi: ¿De donde venimos? Nuestro hogar de origen en el Universo Multidimensional.  ¿Hacia donde vamos?  (¿Porqué hemos venido aquí?), o dicho de otra manera, "¿cual es el reto verdadero, el objetivo de esta toma de decisión"? ¿Es el propio crecimiento espiritual de cada uno y la expansión de la Vida, también en las dimensiones más densas, donde la materia toma la máxima preponderancia?  Siento que así es, pero que además, "todo esto" forma parte de un "Grande e Inabarcable plan", tejido en los telares cósmicos de la Gran Fuente, y por tejedores de alto nivel y muy divina ética. 
Todo es Vida, Amor y Libertad en el Universo.  También nosotros los humanos, hemos "decidido ser y estar aquí", por etapas de miles y miles de años, dentro de este tiempo ilusorio, que nos ha traído tanta "confusión", apartados del "no-tiempo" o del "presente continuo", que jamás desgasta las sublimes energías de tantos y tantos seres como pueblan el espacio infinito, en expansión constante y permanente, con medidas que también "hemos olvidado".

                                                                                                       

                                               
¿Por qué el reto de recordar?  Pues porqué este anhelo lo llevamos dentro todos los humanos sin distinción, a pesar de que se le dan diferentes interpretaciones.  Con frecuencia el substrato de los más profundos anhelos espirituales se sustenta (sin saber-se muchas veces) en este "reto", que anida en lo más profundo del corazón y va tomando consistencia a medida que el hombre toma consciencia de su propia trascendencia y se hace las preguntas capitales de la filosofía:  "¿quién soy?, ¿de donde vengo?, ¿a donde voy?".  Preguntas que el hombre se hace desde las limitaciones del "ego" en el mundo físico, aunque sintiendo, a pesar de todo, la gran "potencia" olvidada de su fuerza interior, que "le parece que desconoce" y que no puede obviar, porque tiene un peso intrínseco que es el AMOR, la fuerza invisible-universal que a todos une, que es de un rango superior y es la base vital de las almas luminosas que realmente somos, "enfundados" en nuestros cuerpos físicos perecederos y con caducidad.  Y es por este AMOR expandido por todo el Universo que somos y estamos aquí para aprender y crecer, amando a todos y a todo: en realidad no estamos aquí por ningún otro interés consciente y objetivo que no sea el AMOR INFINITO E INCONDICIONAL. 
El "reto de recordar", es pues un impulso de cada Alma Inmortal, pues el ingreso y la vida en la materia densa tridimensional (este mundo físico) casi siempre es traumático para las almas y seres espirituales, de vibración mucho más sutil, y también de frecuencia más elevada, que esta densidad dimensional vuelve lenta y condicionada, hasta el extremo de "hacernos olvidar" (salvo raras y maravillosas excepciones) nuestra identidad original y de generar este "famoso ego" entrometido, que "todo lo quiere saber desde la ignorancia más absoluta" y "creación mental al margen del alma aturdida que somos) y basado en el miedo, el odio, el orgullo, la soberbia y muchas más derivaciones generadoras de los errores y la confusión en el mundo.  
El "ego" crea en el hombre físico la ilusoria "falsa personalidad" -que sin un trabajo interno que la "frene-, se va formando a lo largo de cada etapa existencial, y al final de cada etapa "desaparece" cuando muere el cuerpo físico, porque realmente no forma parte del legado real y objetivo del Alma.    

                                                                               
                                                               
Por otro lado, todos podemos ver cual es el resultado práctico de un mundo que no parte de la "consciencia del alma" y basado en los errores y confusiones del "ego": es el mundo que tenemos ahora y aquí, miremos por todos lados lo que encontramos... Y eso también es el "espejo" de lo que una parte importante de la humanidad lleva dentro de si,  aun con la extraordinaria transformación consciencial generada a partir del año 2012, que es real y va progresando.
La MEDITACIÓN es una de las herramientas, sino la mejor, para recuperar esa memoria cósmica "olvidada temporalmente" ahora y aquí. Es la forma de entrar en conexión con "lo que verdaderamente somos".  El SILENCIO permite, una vez que el cuerpo físico está bien relajado y aquietada la mente, entrar en este espacio interior, donde nos podemos reconocer como las "entidades espirituales que somos", es aquí, con mucha práctica, que podemos llegar a "reencontrar" esta memoria vital llena del conocimiento de todo lo que somos, y abrir vías de conexión con la "intervenida" memoria física cotidiana y ahuyentar al "ego", con lo cual "desaparece" una de las peores y más pesadas sombras de la humanidad:: el miedo, que en el fondo no es más que ignorancia. 
Cada uno puede encontrar la forma de MEDITACIÓN más idónea y con la que mejor se encuentre.  Si nunca hemos meditado, recomendaría el Raja Yoga porqué es el sistema menos "exigente" en cuanto a la postura del meditador: solo hay que poner la espalda derecha o recta, y uno puede practicar directamente sentado en una silla, si se prefieren otras posturas o "asanas" es voluntario, pero la espalda derecha es algo primordial.  Uno puede empezar con pequeñas "meditaciones guiadas" que ayudan a dar los primeros pasos.  Al principio 15 o 20 minutos de duración e ir sumando tiempo según se practique. 
Es interesante comenzar el día con una meditación y terminarlo con otra antes de dormir. Eso llena de equilibrio, de paz y de consciencia todo lo que hacemos durante el día y nos prepara para el descanso; nuestra relación con los demás se torna respetuosa y tolerante, y se va tomando consciencia de que somos luminosas almas inmortales reunidas circunstancial y amorosamente en este mundo*
                                                                                      

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